jueves, 21 de abril de 2016

DE VUELTA

Como dijo el famoso profesor a su regreso...¿Qué hay de nuevo, viejo? Bueno, puede que quizá no fuera eso, pero regreso.
Tras desaturar el correo, he decidido contestaros mediante esta entrada sobre mi tan repentina como misteriosa desaparición de dos meses.
Es sencillo, lo diré sin rodeos, directa al grano, sin ambigüedades, sin dejar un resquicio de duda, de manera rápida y concisa, sin florituras; no os haré perder el tiempo, ni la paciencia, ni las ganas de seguir leyendo. He estado pagando mi deuda con la sociedad, con la alta para más referencia.¿Quién iba a pensar que una de mis cotilleadas era abogada y lectora compulsiva de blogs?
No puedo hablaros mucho del tema, sólo me ha dado permiso para dar una explicación a mis seguidores y a otra cosa mariposa.
Así que a partir de los próximos días, algo iré dejando por este lugar.  Amenazo.

lunes, 22 de febrero de 2016

LUNES. TEMPUS FUGIT.

El tiempo es oro, dijo el sabio, o la sabia, que seguro que era mujer y conocía perfectamente el valor de las dos cosas. Hoy no puedo entretenerme mucho. He quedado. ¿Con quién? Bien si este blog tratase sobre mi vida, lo diría, pero como se nutre de la vida de los demás, cual vampiro goloso, ahí os quedáis.
Si, ya sé que tengo pendiente varios cotilleos. Hoy no me enrollo, que tengo que pasar por chapa y pintura.  Desde que voy al gimnasio, mi peluquera está contentísima. La veo 4 veces al mes. Depilación(nada de ir con pelos de más donde se ve menos, que te queman en la hoguera de las apariencias), uñas perfectas(no te tilden de águila), tinte (que el cloro te deja unos tonos muy raros) y  la cuarta...para dar un repaso general en días como hoy.
¿Suficiente de mí? Vayamos a lo que importa. A lo que me habéis estado pidiendo con vuestros cientos de correos que conteste... ¿De qué conocían las alemanas a la ex de Oscar? Para las nuevas incorporaciones, leerse el blog desde el primer lunes, o por lo menos la siguiente entrada:
http://besodemar.blogspot.com.es/2016/02/miercoles-soy-invisible.html

¿Creen en las casualidades, las coincidencias, la ley de Murphy y todo eso?
Pues quiso el destino, que una de mis vecinas de ducha, la que no es ex de Oscar, estuviera la semana pasada comprando un nuevo bañador en una tienda especializada en deporte, grande, de letras blancas sobre fondo azul,(la tienda, no el bañador) de las que hay en todos lados, sí, esa, que no  me paga nada por hacerle publicidad... Vale, pues ahí estaba cuando vio entrar en la misma sección a las alemanas, buscando unas pinzas de nariz y no  precisamente de las que yo me pondría los lunes de gacelas (ver  http://besodemar.blogspot.com.es/2016/02/ha-sido-horrible.html ). 
Al poco entró también Oscar y las saludó efusivamente. No puedo contarles cuanto de efusivo, porque este es un cotilleo de segunda mano. Charlaron un rato y después fueron a la cafetería esa que está al lado de la famosa tienda de deportes, esa que tiene muchas especialidades de café, que la gente se pirra por el vaso, esaaaaa, la que tampoco me paga por hacerle publicidad. Total que, mi cotilleada me ha salido rana. Hizo su compra y se fue. Pero avisó a su amiga, para que no dijera ni mu de Oscar o Marta en presencia de las alemanas. Por cierto, si has llegado hasta aquí sin saber de qué alemanas te hablo, es que no te has leído la entrada de aquel jueves ( Alemanas ).
Y la segunda parte. ¿De qué conoce Oscar a las alemanas?¿Sigue Marta viviendo con la ex?¿Qué ocurrió cuando Oscar fue a llevar a Pichu? Ufff...no os lo vais a creer.



viernes, 19 de febrero de 2016

VIERNES. MI AMIGO KRANK,

Olvidaos de todo, de todas. 
Esto es la bomba: ¡Un bichito que se come las grasas de nuestro cuerpo y dura vivo siete días!
Una de las usuarias del gimnasio que tenía unas cartucheras "yonweinnianas", ha regresado hoy, tras diez días desaparecida. 
Ahora las desaparecidas son las cartucheras y unos kilos.
Al parecer, un sobrino suyo farmacéutico que trabajaba para una multinacional alemana, ha abierto una consulta con un par de profesionales de la salud. Se han traído al milagroso bichito y  han empezado a  trabajar con muy buenos resultados. 
Hoy el cotilleo ha sido innecesario. Se formó un corrillo alrededor de la señora, que nos ha dado todos los pormenores mientras se pavoneaba delante de todas, exhibiendo los resultados de sus tres pinchazos, uno en cada cartuchera y otro en la cuenta corriente. 
Os pongo al día. O quizá alguien prefiera que le cuente de Marta. Pues te quedas con las ganas bonita.
El bichito tiene un nombre muy largo, pero le llaman Krank, como el Sinatra pero con K en vez de F.
Mide menos que el grosor de un cabello. Se inyecta en la zona a tratar, un depósito graso rebelde, y se infiltra en las grasientas filas enemigas.
Se alimenta de células adiposas, o grasieeeentasss, transformando no se qué en algo que se arrastra al orinar. A ver, no soy científica, ni llevaba un cuaderno de notas. Total, que el bicho sólo vive una semana, muere y se disuelve. 
No hay que hacer dieta esa semana, sólo beber más agua que de costumbre y no hacer demasiado ejercicio. El proceso se  puede repetir pasados 15 días si tienes todavía grasa en la zona y pasta en la cartera, o más bien en el banco.
Ya tengo claro en qué gastarme el cuponazo cuando me toque. Cada bichito que te pongan, son 700 euros. Eso sí, tienes incluidas las revisiones, teléfono para consultas 24 horas, unas cremitas para darte después y un descuento en los próximos Kranks que te pinchen.
Hoy no se ha hablado de otra cosa en el vestuario, en las duchas, en la cafetería. 
El futuro ya casi está aquí. Pero jolín, que futuro más caro.
Las no pudientes mientras, a dejarnos la piel en el gimnasio.
Por cierto, la señora esta ¿para qué rayos ha vuelto? Se podía haber quedado en casa y dejarnos sumidas en nuestra celulítica ignorancia. ¡Qué desconsiderada!
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Hasta ahí mi entrada de hoy. Como las anteriores, es TOTALMENTE FICTICIA. Creo necesario advertirlo, porque viendo lo que veo que circula por internet, esta trola de hoy es bastante creible ;).

jueves, 18 de febrero de 2016

JUEVES. RING RING.

¿Paranoica yo? Ni hablar. Es sólo que si evitamos la ocasión, evitamos la tentación. El cotilleo moderno hoy día no se cuenta, se ve, en fotos, vídeos,etc.Todos llevan encima un artilugio del mal: un teléfono móvil con cámara y conexión a Internet, inconscientes del daño que pueden hacer.
Una cosa es que yo vea algo y lo cuente después a unos pocos y otra, que te tomen una foto en una pose indigna y antes de que llegues a casa, esté viéndola un señor con bigote de Taipei.
Lo siento, pero no me fío. Que llamen antes de entrar (y no me refiero a la sana costumbre de tocar a la puerta). ¿A santo de qué tienen que usar los teléfonos móviles en el vestuario? Yo no sé si están enviando un whassap, viendo el correo, jugando al Chandi Cruz o sacando una foto de las chichas y miserias de las sirrellenas (mezcla de sirena y ballena) que pululamos por el gimnasio.



Pero hoy aparco mis escrúpulos. Hoy, si no es por un teléfono que sonó en una de las  taquillas, me quedo "descotilleada". Y no es que no hubiera otra conversación a la que pegar la oreja, que sí la hubo, pero estoy enganchada a las aventuras de la enfermera, su ex y Marta.
Al llegar al vestuario, observé que la mayoría de las taquillas estaban vacías, los suelos secos y no olía a humana. Tendrá que ver con el bajón de temperaturas de anoche. 
Me parecía una injusticia de la vida que yo, medio moribunda con mi resfriado (por cierto, estoy mejor, gracias por preguntar, amables.¡Anda queeee!), me hubiera desplazado exponiendo mi maltrecha salud, para que dos chicas sanas como robles no fueran a entrenar porque hace frío.
Hubo justicia, pero a medias. Sólo fue una de las dos. ¿Cual? La eventual compañera de piso de Marta. Pero claro, esto así no funciona. No se iba a poner la  chica a hablar sola en la ducha, ni yo a preguntarle. Menudo chasco. 
Tampoco estaban las alemanas. Menos mal que había dos jovencitas poniendo a los pies de los caballos a una señora, que si no, vaya ducha más aburrida.
Estaba en el vestuario, acabando de ponerme la blusa, cuando sonó un teléfono. Me puse como un basilisco, pero para mis adentros. Aunque se me pasó enseguida cuando oí la conversación...de la enfermera.
-Hola Marta, dime. Sí, si que tengo, está en el segundo cajón del mueble pequeño del  baño. De nada. Nos vemos en un rato.
¿Ya? ¿No tenían más que hablar? Ahí estaba yo, presa de mi decepción, cuando volvió a sonar el teléfono. Esta vez tardó en contestar. 
-¿Oscar? ¿Qué tal?- Eso prometía, así que me senté y me até y desaté los cordones de las deportivas dos o tres veces, disimulando, sin mirar, deseando que no llegara ninguna conocida con ganas de charla.
- Bien, bien. ¿Y tú?-prosiguió ella algo nerviosilla- ¿Y eso?... Vale, no, ningún problema por que me traigas a Pichu unos días antes... Sí, sí, estaré  en casa en un rato. ¿A las 12? Bien. Nos vemos.
No tardó ni dos segundos en marcar a toda prisa
-Marta, escúchame, Oscar va a ir a llevar a Pichu a las 12. Si sigues pensando que no quieres que te encuentre, saca tus cosas del salón, yo voy ya mismo para allá. No tardo.
Para oir todo esto, tuve que emplear el oido a fondo, la muy insolidaria, bajó tanto el tono que me costó enterarme. Pero no acabó ahí la cosa. Volvió a sonar.
-Hola otra vez Oscar...¿Una amiga tuya que está de visita?¿alemana?...No, ningún problema. Os espero.



miércoles, 17 de febrero de 2016

MIÉRCOLES. SOY INVISIBLE.

¿Y ahora qué? ¿Puedo seguir haciendo como que no he oído nada o estoy implicada? ¿Debo abordarla a solas cuando salgamos del vestuario? Esa chica está realmente perdida. ¿Cómo se le ocurre? 
Es que me revuelve el estómago esta mujer, de verdad. Bueno, en realidad las dos, la Marta y ella.
¿Pues no sigue en su casa todavía? Es más, se ha pedido unos días de "asuntos propios" (me pregunto si habrá días para "asuntos ajenos"). 
Vayamos por partes. Ha dejado de nevar. Ha llovido y las calles están "caminables". Hasta aquí el parte meteorológico .
He ido al gimnasio. Ellas también. Hemos coincidido en las duchas. Bueno, coincidir, coincidir...
Tengo un resfriado de padre y señor mío.
 Las señoritas se han metido al jacuzzi  cinco minutitos, hasta que las han echado. Esa parte de las instalaciones es para los que pagan la cuota VIP. Y ellas muertas de la risa, como jovenzuelas pilladas en una trastada. Yo seré todo lo cotilla que digan, pero no paso la vergüenza de que un empleado del gimnasio me eche de ningún lado. Hay que tener un pelín de clase. 

Total que esperando, esperando, he pillado más frío que el lunes. Como quiero tomarme un desenfrenafriol de esos y meterme en cama, voy a reproducir literalmente lo oído "casualmente" hoy.
-Pues sí tía, que me ha dado pena al final-decía la ex del posible ya ex de Marta (vuelve a leerlo)- Yo sé cómo es Oscar cuando se pone insoportable y la comprendo.
-Pero ¿qué dices? ¿que te da pena la guarra que te quitó el novio? Tía,¡que estamos hablando de la Marta!
-A lo mejor la juzgué mal. Ayer estuvimos hablando mucho rato, con lo del apagón y el encierro en casa. Ella me jura y perjura que a Oscar lo conoció después de que me dejara. Que no era con ella con quien me fue infiel.
-¿Y tú te la has creído? Esa diría cualquier cosa para asegurarse el techo mientras planea qué hacer y en cuanto tu ex le diga dos palabritas tiernas, te deja compuesta y sin... bueno, no es la expresión más acertada.
Se quedaron las dos calladitas como muertas. Justo cuando no puede aguantar más un estornudo. No se oyó ni un "Jesús", "al cielo", "salud", "gesundheit"( las alemanas han vuelto hoy). Nada...apenas unos susurros entre los que me pareció oír un "después te cuento"
¡NOOOOOOO! ¿Por queeeeeé?. Me quedé allí, enjabonada, conteniendo la respiración. Debieron pasar dos minutos hasta que las alemanas salieron de sus duchas. 
-Ya se han ido. Seguro que estaban escuchando-dijo la ex de Oscar. Es curioso que sé el nombre del chico, de la novia (aunque aquí pongo otros, je,je) pero ignoro como se llama ella. 
Entonces, ¡oh milagro! siguieron hablando. Pero me quedó una curiosidad: ¿porqué no querían que las alemanas oyeran la conversación y a mí ni me echaron cuenta? Menos mal que luego obtuve la respuesta, pero eso ya lo contaré otro día.
Ahora me invaden dos cosas: la terrible sensación de que me está subiendo la fiebre y la inequívoca certeza de que esta entrada es un verdadero truño. 
Quizá mañana pueda acabar de contarles como Marta ha conseguido convencer a la ex de su novio para quedarse a vivir con ella unos días más. Estoy que ni me lo creo. Ciaoooo.

martes, 16 de febrero de 2016

MARTES. LA ESPÍA QUE SURGIÓ DEL FRÍO.

Dicen que el cotilleo es un deporte nacional. Creo que estoy preparada para las olimpiadas.Confieso que la noche se me hizo larga esperando para ir al gimnasio a practicar mi deporte favorito.
Hacía mucho frío esta mañana. Cosas de febrero en Europa.
Encendí la radio para ir oyendo las noticias mientras preparaba el café y ¡zas! Mi gozo en un pozo. Cual entidad financiera de bajo perfil, no daba crédito. Cambié de frecuencia con unos gramos de esperanza que hacían peso en mi cabeza, pero fue inútil. Todos decían lo mismo: Se suspenden las clases, actividades de ocio, cortes en el transporte público, nivel naranja...
Me asomé a la ventana del salón. ¿Donde se había metido todo? La ciudad se había borrado debajo de un manto blanco. Estaba ya más que visto. Hoy no habría cotilleo ni siguiente capítulo de Marta, su novio, su ex-novia enfermera. 
Aprovecharía para hacer cosas sin salir, que tenía el piso un pelín revuelto y la colada atrasada.
Organicé todo lo que iba a lavar, separé por colores, por tejido. Metí la primera tanda en el tambor y a otra cosa mariposa mientras se hacía la colada. Saqué la tabla de planchar, separé la ropa por urgente-menos urgente, es decir, lo que estaba sin planchar del invierno pasado primero y las cosas de verano después. Conecté la plancha, puse una emisora musical y me dispuse a pasar una mañana de lo más maruja. Fue sujetar la plancha y oiga, la confabulación de los astros...un corte de suministro eléctrico (el "sefuelalú" de toda la vida). Y pensé lo que se piensa en ese momento: enseguida vuelve. Y esperas. Vas a mirar la lavadora...ahí está toda la ropa, flotando enjabonada, te dices a ti misma que un remojo extra no le viene mal. Y esperas. Pasan dos horas y desesperas. Ya has telefoneado a tres vecinas y ninguna tiene electricidad en casa. Así que amplias el círculo y llamas a la mercería de dos calles más allá. ¿Cómo van a tener abierta una mercería en un día como el que ha hecho hoy? A veces me asusta ver que las neuronas me flojean.

Intentas entretenerte con algo, hacer otras cosas. Piensas en labores domésticas que se pueden hacer sin electricidad.
Por 25 pesetas. Labores domésticas que se puedan hacer sin electricidad. Por ejemplo: Coser.
Un, dos,tres. Responda otra vez.
-Coser. (Pero ni tienes caja de costura, se lo llevas todo a la señora de la mercería)
-Lavar a mano. (Pero cómo vas a secar esa ropa sin la secadora y en un día de perros)
-Limpiar el baño. (Cosa que hiciste esta mañana temprano)
-Limpiar la nevera por dentro. (Eso, sin saber cuando vuelve la luz, perdiendo el frío acumulado)
-Limpiar el polvo. (Pues mira, eso sí. Se acabó el juego).
Total que, después de 6 horas de apagón, tengo la casa como los chorros del oro, la ropa relavándose y se me han quitado las ganas de planchar. 
Lo siento por ustedes, pero hoy no hay nada que contar. Mañana será otro día y estoy dispuesta a marcarme un Miguel Strogoff (ilustrense jóvenes) para poder contarles como han ido las cosas que ni nos incumben, ni en las que podemos influir. Y no les hablo de pactos y política precisamente.
Bye bye.

lunes, 15 de febrero de 2016

LUNES. RESACA D'AMOUR O DURMIENDO CON EL ENEMIGO

Hoy sí que costaba ir al gimnasio, no por las razones de cada lunes (véase la entrada del primer lunes) sino por el temporal que tenemos. ¡Qué frío!¡Qué viento!¡Qué de paraguas huyendo de sus dueños! Pero una fuerza superior me ha movido a ir. La certeza de que si no iba hoy, me perdería la crónica del fin de semana y eso, eso sería algo terrible para la continuidad de este blog.
También era un riesgo, porque puede que las vecinas más habituales de ducha, viendo el día que hace, se quedaran en sus casitas, más a gusto que en brazos, evitando el desmelene que conlleva salir con estos vientos.
Lo cierto es que al llegar, me temí lo peor. Allí no había ni un alma. Se podía respirar, a pesar de ser "lunes de gacelas". Pero no tardaron ni cinco minutos en ir apareciendo las habituales, entre ellas mis cotilleadas. ¿Qué tal le habría resultado el hotel a la una y las guardias de hospital a la otra?
Llegó el momento y allí estaba yo, enjabonada hasta las orejas. Las oí llegar. Venían hablando de otra cosa, no se que dimisión. ¿Cómo era posible?. A mi la política ni me va ni me viene. ¿Y desde cuando estas dos mujeres hablaban de política? ¡Con lo que me había costado llegar hasta allí!¡Qué decepción! Probablemente ya habrían hecho la "puesta al día" mientras entrenaban. 
Estaba claro que hoy no me iba a poner la mascarilla de coco, aceite de argán y karité (sea lo que sea esto último), para la que hay que estar 5 minutos "de pose" y que haga efecto.
Pero no, en el último momento, cuando ya había echado mano a la toalla-turbante, la enfermera dijo que sólo a ella le pasaban esas cosas. Lo que yo decía, habían estado hablando ya. Que falta de consideración. La otra le dijo que se lo tomara a risa y que le explicara mejor lo ocurrido. Entonces abrí el bote de mascarilla para el cabello y agucé el oído.
- Como te dije, pillé todas las guardias posibles. Pero no hubo forma de coincidir con él. Menos mal que lo que voy a cobrar me compensa. Pues nada chica, que salí el domingo a las 8 de la mañana reventada, medio zombie ya. Para pasar el día de los enamorados sin salir de la cama.
- De eso se trata, je,je,je- rió maliciosa la otra vecina de ducha.
- Llegué, como en las películas, quitándome los zapatos en el salón, el abrigo por el sofá y de pronto me fijé en el cuelga llaves. Que fuerte tía. Las llaves de mi ex allí. Menudo día había elegido el tío para la reconciliación. Fui hasta el dormitorio despacito y lo vi en la cama, tapado hasta las orejas.
Yo sin ganas de ducharme, pero pensando que una reconciliación no es lo mismo oliendo a 24 horas de trabajo que a medio bote de gel de vainilla. Pero que va, estaba muy cansada, así que me metí con cuidado en cama y no tardé en quedarme frita ni dos minutos. Me despertaron mis propios ronquidos, no sé ni cuantas horas después. Creo que no las suficientes para un buen descanso. Llegaba olor a café desde la cocina. Me volví y estaba sola en la cama.
-¿Y qué pensaste? ¿Qué lo habías soñado?, je,je.
-No, pensé que me estaba preparando el desayuno, que me lo traería en una bandeja, con una rosa, fresas, etc. Total que como tardaba, ya me levanté yo. No veas el shock. Llevaba puesta mi bata y le queda mejor que a mí. Evidentemente le pregunté qué hacía ELLA allí. ¡Qué situación! yo medio desnuda, ella con mi bata preparando tostadas...
Me dijo que había discutido con mi ex y que no tenía a donde ir, entonces vio las llaves y  no se lo pensó dos veces. Que como sabía donde era la casa, porque una vez tuvo que ir ella a dejar a Pichu. ¿Te imaginas?. ¡La Marta en MI casa! Y lo peor...¡he pasado el día de los enamorados durmiendo con la novia de mi ex!
-¿Y qué hiciste entonces?¿La echaste?
-¡Qué va! Aún sigue en casa. Ahora almorzaremos juntas y ya hablaré con ella. Encima de cornuda, apaleada.

Tuve que quitarme la mascarilla llegado este punto. No quiero quedarme calva. Me perdí el resto de la conversación, unas frases apenas, pero esto promete. No me dio tiempo de secarme el pelo, con el vendaval de fuera ya se secaría, pensaba. No contaba con la lluvia. ¡Achís! Hasta mañana.¡Achís! Que la conversación de hoy de Marta y la enfermera, va a ser la bombaa...¡achís!


viernes, 12 de febrero de 2016

VIERNES. VAINILLA, CHOCOLATE Y BESUCONES.

No hago ejercicio para adelgazar, eso es lo primero que quiero contarles hoy. Lo segundo es que, como todo el mundo sabe, el ejercicio físico genera hambre, sobre todo nadar y si es en la playa  más.
Ahora quisiera saber algo: ¿Qué sentido tiene la cosmética con olor a productos comestibles o a esencias que se usan en cocina? Vainilla, chocolate, canela...¿Para cuando gel de baño olor a potaje de garbanzos o churrasco? Ya puestos a torturar, que lo hagan a lo grande.
Estás en la ducha y te llega un olor a natillas o a crema pastelera. Te dices que no, que es imposible, que tu hambriento subconsciente te está jugando una mala pasada. Al momento, el olor es a chocolate; ¡chocolate! Ya babeas. Y de pronto, las voces de tus vecinas de ducha te sacan del trance gástrico. Están usando  el nuevo Gel de baño "Esencias del bosque". Pero ¿de qué bosque? ¿El de la bruja que se quería comer a Hansel y Gretel? Porque otro bosque que huela a chocolate y vainilla, no sé yo. Olor a pino, a madera húmeda, a ardilla descompuesta...eso sí. 
En fin, que allí estaban ellas tan felices, experimentando los nuevos geles, planeando el domingo. Sí, este domingo. Día de los enamorados.
Una, la del paquete de Correos, no hará "nada especial". Irá con su esposo a pasar un fin de semana romántico a un hotel-spa. Ni me imagino que es para ella hacer algo especial. 
Aquí el común de los mortales, con una caja de bombones, una corbata y dos piquitos lo solucionamos. Y digo solucionamos, porque en realidad es un problema lo que nos crean estas fechas tan...tan...comerciales.
La otra vecina de ducha, ¡ésa sí que es lista! De un plumazo me he enterado de qué trabaja y de que no tiene pareja. Ya sabía que tenía un "primer ex"por la historia del martes  MARTES, MARTA LA DE CORREOS
pero desconocía si tenía algún futuro ex.  Total, que la chica es enfermera y se ha pedido todas las guardias habidas y por haber. Así el día de los enamorados, o está trabajando o durmiendo reventada. Ella que puede, sale ganando, cobra extra y tiene más posibilidades de coincidir con un nuevo médico en su planta, que por lo que comentaba, está haciendo que aumenten los ingresos hospitalarios femeninos de casos de su especialidad. 
De pronto me ha venido un flash a la cabeza. Recordé unos muñequitos besucones que tenía mi abuela en el comodín (cómoda, tocador). Esos que tenían un imán en la boca y si los acercabas se "besaban". Eran un médico y una enfermera, de ahí que me haya acordado. Y las risas que nos echamos mis primos y yo el  día que se me ocurrió sacarle el imán al médico y volver a ponerlo pero con la polaridad invertida, osea, del revés. La enfermera se caía cada vez que le acercábamos el médico, como si el aliento la tirase para atrás.

¡Cómo me salgo del tema!¡Hay que ver!
Ahora toca esperar hasta el lunes para saber que tal el hotel de la una y la guardia de la otra.
Se preguntarán cuales son mis planes para el domingo. Por favor...¡no sean tan cotillas!

jueves, 11 de febrero de 2016

JUEVES. SCHNELL! SCHNELL!

Nada.
Hoy no les cuento nada.
Sí, he ido al gimnasio; sí, me he duchado; sí, había vecinas de ducha charlando; sí, las he oído perfectamente, buen volumen de parloteo, nada de músicas ensordecedoras. Todo perfecto. Excepto por un pequeño detalle: ¡hablaban en alemán! 
Hay una explicación para ello: eran alemanas. No me sorprendió verlas en el vestuario, básicamente por que las vi al llegar yo y claro, me generó curiosidad. En mi distrito se suelen ver pocos turistas o residentes extranjeros. Pero claro, no quise preguntar a mi monitor, no vaya a pensar la criatura que soy una cotilla.  Lo que hice fue esperar a que otra usuaria se lo preguntara y pegar yo la oreja, mientras regulaba la goma de mis gafas que "oportunamente"  se me había soltado al pasar junto a ellos.
Estaban en la piscina las alemanas por que les había tocado un premio. Sí, si, un premio. Un sorteo de una entidad deportiva. El premio era una semana de entrenamiento en España y ellas eligieron este sitio. Eran una nadadora de alto rendimiento y su entrenadora. La remojada, se preparaba para no sé que prueba europea y la señora mandona que gritaba fuera, la entrenaba. 
¡Qué gritos!¡Qué carácter tan...germánico! Ha sido humillante. Humillante para mí ver como esa chiquilla de gorro plateado pasaba a todo meter en la calle de al lado mío, mientras yo, con mi gorrito rosa del chino, a caballito en un churro-espagueti de corcho lila, intentaba avanzar en el agua con las manos. Aunque si mi monitor me gritase como lo hacía esta señora a su pupila, estoy segura de que mi velocidad se triplicaría. 
Al principio creí que la chavalita que nadaba, se llamaba Nell, y que la señora entrenadora la llamaba desesperada, mientras que la otra, con los tapones de oído no se enteraba. Llevaba un surtido de cosas la chiquilla, todas profesionales. Los tapones, unas pinzas casi invisibles para la nariz,  unas muñequeras y unas tobilleras muy monas a juego con un cinto algo desproporcionado. (Luego me enteré, casi sin querer, que aquello eran pesas para nadar. Aunque creo que eran para que la muchacha no se saliera de la piscina por la velocidad que llevaba).

Pues ahí estaba la entrenadora, piscina arriba, piscina abajo por fuera gritando lo que luego supe era "rápido, más rápido" cuando lo busqué en el google traslator. Y yo a sus pies, en la calle que pega al borde, sobresaltada.  Así no había quien se concentrara. Se me ha escapado el churro dos veces.
Espero que mañana vayan a la playa, que para mí esto ya es mucho. Encima me quedo sin escuchar nada interesante en la ducha y claro, como les decía al principio. Hoy no tengo nada que contarles.

miércoles, 10 de febrero de 2016

MIÉRCOLES. SÓLO SE VIVE UNA VEZ.

Ni caso al título de esta entrada.
No voy de filósofa ni me he puesto trascendental. Es más sencillo.
Hoy les escribiré de tercera edad, cantar y la ducha del gimnasio (que no falte).
La semana pasada caí en la cuenta de que tantas mujeres duchándose a la vez,de distintas edades, etnias y capas sociales y ninguna, ninguna canta en la ducha. 
Las gacelas (ver entrada del lunes) sí que cantan,¡pero ANTES de ducharse y mucho!, pero no es ese cante al que me refiero. Hablo de esos mixes que surgen en la ducha, donde se va de una canción a otra, alternando ritmos y estilos. No se si hay una especie de TOP 40 para las mejores canciones de la ducha de todos los tiempos. Imagino que si lo hubiera, variaría por países. Yo misma me he visto sorprendida semi-interpretando clásicos de la canción popular, tarareos de estribillos en inglés y hasta villancicos fuera de fecha. No todo el mundo canta en la ducha a boca abierta, lo sé, pero un simple tarareo con los labios apretados, señal inequívoca de que el agua está calentita y a la presión correcta, la manifestación musical de que todo va bien, sería de esperar. Pero nada de nada, en 5 meses de vestuarios y duchas (empecé antes de enero para que no se me acusara de llegar con propósitos de año nuevo, de querer perder la turronada, etc), en estos 5 meses, ni un FA sostenido, exceptuando el desodorante de esa marca en la mano de alguna (lo sé, deberían ponerme una multa por intentos de chiste tan malos como este). Como decía, nada de nada...¡hasta hoy!

Cuando entré al vestuario, me encontré a unas 30 señoras de la tercera juventud. Entre todas, deben sumar en años casi como lo que marca el calendario, 2016. A razón de 70 años por barba (más bien por bigote)...hagan cálculos.

Total, que eran de una asociación que celebraba algo, no me pregunten qué, por que la algarabía era tanta, que difícilmente pude entender mucho. Además, la señora que había ocupado la taquilla al lado de la mía me pidió dos favores. Primero que le desabrochara el sujetador porque ella no llegaba y segundo que le subiera el bañador desde la cintura. Yo me concentré en esa labor y me olvidé el resto.
Cuando llegué al remanso de paz de mi ducha esquinera, justo al abrir el grifo, prorrumpió a todo volumen un "takatá" musical, que provenía de la piscina de rehabilitación. Menudo fiestorro tenían montado los monitores para la asociación. Entre los gritos de "¡vengavamosarriiiba!" y las risotadas de las señoras, se me fue contagiando el buen rollo. A pesar de no poder escuchar hoy conversación alguna, sí que oí a varias de mis vecinas de ducha cantar e incluso dar palmadas. 
Es que en realidad, SÓLO SE VIVE UNA VEZ y las señoras de la asociación de la tercera edad, lo saben muy, muy bien.
(Haz click en el enlace y dúchate oyéndola, a ver si te resistes.)
https://www.youtube.com/watch?v=knrias8erDY



martes, 9 de febrero de 2016

MARTES, MARTA LA DE CORREOS.

Hay que ver que cotilla es la gente, como les gusta pegar la oreja y sobre todo, contarlo después o escuchar un cotilleo jugoso.
Menos mal, en caso contrario, estas entradas no tendrían sentido.
Hoy no tengo asunto que contar. Tuve que acabar la clase 10 minutos antes para hacer unas cosillas y las duchas estaban desiertas, de señoras y de chismorreo. También se agradece el silencio de vez en cuando.
Lo bueno es que tengo pendiente lo oído ayer. 
Tras salir a escape de mi ducha favorita por el incómodo hallazgo olfativo y descartar la ducha del centro por lo que les contaba ayer, me decidí por la ducha de la otra esquina. 
No tardaron en llegar dos de mis "espiadas" favoritas. No suelen callarse ni bajo el agua, nunca mejor dicho. Ayer hablaban de una funcionaria de correos. Ni sé de que oficina ni distrito. Y si lo supiera, no se los contaría. El nombre sí que lo sé, pero lo cambio por... ¡Marta!.
Al parecer, una de mis vecinas de ducha, había ido a enviar un paquete y le había atendido la tal Marta. El paquete presentaba algún fallo que no alcancé a entender (me estoy duchando y el agua cae de arriba, entra en los oídos). Marta fue bastante antipática y le daba información a cuentagotas y de muy mala gana. Mi "vecina" acabó enfadada por el mal servicio y no tuvo otra cosa que espetarle que aquello de "tu sueldo lo pagan mis impuestos, petarda"
A estas alturas del relato, la otra enjabonada, ya había identificado con pelos y señales a la tal Marta, la "guarra esa que sale desde hace un año con mi primer ex"
Confieso que, a pique de pillar el resfriado del siglo y a pesar de llevar ya unos cuantos minutos con la toalla liada a la cabeza y mis cositas de aseo en el neceser, me quedé allí, "documentándome" de la vida privada de Marta y de paso, de la segunda espiada.
¡De lo que se entera una! Las oposiciones a Correos son duras, pero al parecer, Marta tenía habilidades que no figuraban en su currículo las cuales convencieron al jefe de servicio para contratarla (o al menos, eso decía la ex del novio de Marta. Me da a mi que la asignación de plaza viene de más altas esferas). La del paquete le daba la razón. A pesar de no conocer de nada a Marta, demostraba ser una experta fisonomista. 
-Es que la cara de guarra que tiene la delata. Es la típica fresca buscavidas. Que tenga cuidadito tu ex.
-¡Uy! A mí lo que le pase a él me importa un pimiento. Pero que tenga que convivir mi pobre Pichu con ella 15 días al mes y algunas vacaciones, me recondena de los nervios.
Decidí salir de la ducha, que yo había llegado antes que ellas y no era plan salir después como si hubiera estado allí escuchando. El pasillo hizo de caja de resonancia para aclararme que Pichu era el bulldog francés cuya custodia compartía la ex-pareja.
¡Qué gente más rara! 
Total, que hoy he salido 10 minutos antes para acercarme a la oficina de Correos, esa que no sé cual es, ni en qué distrito queda. Y sólo puedo decir una cosa:
¡Uy la Maaaaartaaa!



lunes, 8 de febrero de 2016

LUNES, GACELAS Y SIRENAS.

Ha sido horrible. 
El lunes es el peor día para ir al gimnasio. 
No se debe a que llegues reventada del fin de semana, que también, ni a los atascos de tráfico, que también, ni a las agujetas que te quedaron del viernes, que también. No, es algo  peor. 
A ver como lo explico con delicadeza. Es el ambiente. 
Sujétense a la silla, voy a desvelar algo oculto: hay tipas que se duchan en el gimnasio el viernes y no vuelven a asearse hasta el lunes allí mismo, después de la clase que tengan, ya sea spinning, body tone, zumba o cualquier otra modalidad que las haga sudar como pollos. 
Créanme, es horroroso. 
No les he contado pero voy a la piscina del gimnasio por problemas de espalda (ahora tengo problemas de espalda, de croll, de braza...). 
Compartimos vestuario las gacelas (esbeltas, delgadas, que llegan de correr como si las persiguiera  un león) y las sirenas, que ya llevamos una hora a remojo cuando nos cruzamos con ellas. 
¿Gacelas? Tigresas más bien, por aquello del "olor a tigre". 
¿Sirenas? Ballenas más bien si nos comparamos con las anteriores. 
Llegas del agua, feliz, relajada, como flotando (ya, ya, malos chistes no más) y entras en el espacio común, común "com-un" estercolero huele aquello. Te da de bruces en la cara y miras a todas las sospechosas, de reojo claro, no queda bien mirar a 15 tipas en bolas o a medio vestir con mirada asesina. Pensarán que esta ballena envidia a aquellas gacelas o que vas al gimnasio a ligar.
Hoy he estado a punto de gritar:
"¡Por Dios!¿Quién es la guarra? ¡Qué peste!" 
pero me he contenido, básicamente, para que al abrir la boca no me entrase alguna partícula de las que flotaban en el turbio ambiente.  He huido cobardemente a las duchas. 
Mi refugio. 
Tengo una ducha favorita, la primera de la esquina.
He entrado a toda velocidad, la misma a la que he salido.
¿Cómo es  posible? ¡Apestaba a orina!
 Aggggggggggghh. ¡Guarras, que sois todas unas guarras!
A ver que no voy de inmaculada criatura, que alguna vez yo también...pero hija mía, luego dejo correr el agua y me enjabono bien, que haga espumita. 
Hay dos zonas de ducha. Una con puertas y 5 duchas a cada lado y otra...la comuna, sin puertas, donde se duchan todas las gacelas ahí a mogollón. La primera vez cometí el error de ducharme en una de las  duchas con puerta, la del centro. A esa llegan las espumitas y demás de las otras dos duchas de al lado. Es la cloaca de las duchas. Que cae un coletero... por allí pasa hacia el bajante central. Que cae una esponja ligera, lo mismo. Que se orinan en la ducha de al lado... ¿Qué les costaba hacer cada ducha con su caída hacia el bajante propio?
En fin, con tanta historia  de malos olores y duchas tóxicas, me quedo sin tiempo para escribirles la conversación que he "captado" hoy. Jugosa. Pero ya es parte de otra entrada. Voy a ponerme los pies de remojo en agua con lejía, para acallar mi escrupulosidad latente.
 ¡Ducharos los fines de semana, por caridad!

sábado, 6 de febrero de 2016

HISTORIAS E HISTERIAS EN LA DUCHA DEL GIMNASIO

Voy al gimnasio y me ducho allí.
Hasta aquí todo normal. Pero hay un problema: soy muy, muy cotilla. No puedo evitar pegar la oreja a las conversaciones de las demás en las duchas contiguas.
Y peor aún. Voy a darle uso a este blog a base de ir publicando lo que oigo. Claro está que preservaré la intimidad de las personas a las que cotilleo. 
Será fácil. Primero, porque ni las veo. Cuando salgo y llego a los vestuarios, parecen enmudecer, oiga. Segundo, para no tener represalias y tercero, si el posible lector o lectora es tan o más cotilla que yo, que se jorobe y se busque sus propias victimas.
A modo de casi-diario, intentaré ir haciéndoles partícipes de lo que captan mis oídos. ¿Se apuntan?